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viernes, 3 de julio de 2009

ENTYREVISTAS CON EDUARDO NARANJO

A continuación os envío (Barbeyto) una interesantísima entrevista efectuada al genial pintor de nuestro tiempo Eduardo Naranjo en la que este prestigioso artista nos amplía conceptos que a todos los pintores nos acontecen tales como, la soberbia propia del pintor. Como podréis comprobar cuando se le pregunta a que pintora admira más, a parte de los clásicos, se nombra sólo a él mismo....Nos habla de sus cuadros favoritos que se muestran también...bellísimos, uno onírico y otro realista. Nos habla de la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid que según su parecer, no se enseña a ser pintor, el oficio de pintor, sino a ser profesor de pintura....en fin...muchas cosas que en un artista de su calidad es muy grato de saber lo que piensa acerca del bello arte del pincel.


Dada mi dedicación e interés por el bello arte de la pintura me ha parecido buena idea el enviaros esta magnífica entrevista a un genio de la pintura.


Un abrazo a todos.


Barbeyto


ENTREVISTA A: EDUARDO NARANJO




PREGUNTA: 1.- ¿Consideras que un artista debe tener una cualidad o virtud esencial?


RESPUESTA: Sí. Y a ser posible en plural: cuando menos, tener talento y amar el arte por encima de todo.


2.- Y por ende, ¿Crees que hay algún defecto propio del artista?

Considero que hay uno de ellos común en todo artista: la soberbia, pero, en el fondo, esencial como arma de superación personal, sumamente válida aunque duela a veces a los demás y tienda a ser confundida. Sin embargo, creo que el peor de todos es elegir el arte no por amor, sino como meta para lograr sólo dinero y reconocimiento.

3.- Dime Eduardo, un cuadro tuyo para el recuerdo, una obra que te siga emocionando, quizá aquella en que buscabas el que fuiste o eres.
La mayoría de mis obras, al verlas de nuevo, me siguen emocionando precisamente porque continúan hablándome de quien fui y sigo siendo, si bien, ya distinto. No obstante, de haber de conceder primacía a algunas de las realizadas hasta ahora, ellas son “El sueño con las musas”, de 1979, y “Vanesa”, óleo mucho mas reciente: de 2001-2002. La primera dado que en ella se produjo lo que exactamente contesta a tu pregunta y lo confirma: la búsqueda de mí mismo mediante el símbolo. Y la segunda por ser ejemplo de todo lo contrario: no existe en ésta ni rastro de mi “Yo”, sólo una verdad absoluta.







4.- ¿Afrontas la realización de cada nueva obra con un patrón de trabajo definido de antemano, o tiene que haber lugar para la improvisación?

Ambas cosas tienen lugar, si por patrón entendemos una fórmula aprendida con la experiencia, y la improvisación, labor de ese duende que durante su proceso nos ilumina. Pues no confundamos: el patrón “de trabajo”, como lo planteas, sirve, según lo aprendido, para darle cuerpo y consistencia, aunque en realidad es la imaginativa improvisación la que se impone y manda, la que confiere forma personal y definitiva a la obra.

5.- ¿Algún artista que admires especialmente?

Admiro a tantos. En particular a todo aquel que, por encima de las modas, sabe expresar lo mejor del mismo. Obvia decir que muy pocos, y hoy menos que nunca. Historias como la de Leonardo, Rembrandt, Velázquez o Goya, quedaron atrás. Pero también los hay actuales o recientes: aquellos contadísimos en los que estamos pensando, o yo mismo, si hemos de prescindir de la falsa modestia, inútil amén de insoportable.

6.- ¿Alguna tendencia artística te parece deplorable?


Todas me parecen válidas si mediante ellas se habla de verdades y bellezas. La tendencia, según el diccionario, es la inclinación hacia un fin, pero no tiene, como después se ha pretendido, valor por sí misma. Tiene que existir algo más: ese sello individual que otorga categoría y condición de arte a lo que hacemos y sin el cual todo intento puede quedar reducido a la mera anécdota.


7.- ¿Qué importancia concedes a la formación académica del artista?. ¿El talento saldrá adelante, a pesar de todo, si se pone el suficiente empeño aunque se carezca de esa formación?

Creo que siempre es buena una formación, académica o no. Las academias actuales bien puedes suplir a los talleres de los antiguos maestros. De hecho se nota, por sus conceptos o criterios, quienes tienen o no esa preparación previa. Si bien es cierto que el artista se hace después cuando se enfrenta a la vida y a sí mismo, sin perder de vista las obras de los grandes del pasado y del presente. Más ese empeño propio, el cual vital y nunca suficiente: él es el que en el fondo ha de hablar de cada locura personal en esta dulce y cruel aventura del arte.




8.- ¿Identificas algún nexo creativo entre los artistas de tu generación, incluso dentro de la diversidad?

Sí, nos une la vocación y el riesgo, pero en cuanto a la creatividad, ninguno en los que se expresan sincera y libremente pese a estar inmersos en similares tendencias o corrientes. Pues, ciertamente, jamás el artista como hoy ha atendido a su propia llamada cuando es auténtico. Tenemos el ejemplo de Bacon, Tápies, Antonio López, Lucian Freud, o yo, una vez mas -y que me perdonen los muchos que me tienen manía, no sé porqué-. De existir ese nexo, es en cuanto a tantos cultivadores de las novísimas y más radicales llamadas vanguardias, cosa aún por discernir.

9.- El cúmulo de información que cualquier persona puede obtener hoy día a través de esta ventana al mundo que es internet, ¿Puede beneficiar o perjudicar al arte?, ¿y a los artistas?.


Toda información cumple un papel crucial y positivo en el ser humano y, por ende, en el artista, sí tiene buen olfato selectivo. De todas formas pienso que el ordenador y su internet, en cuanto al mejor conocimiento de su obra, y con esto contesto mas directamente a tu pregunta supone en nuestros días un medio de inmenso valor para nosotros, y sobre todo para los que caminamos en solitario y no impulsados por poderosas galerías y demás instituciones.

10.- ¿De que forma influye, si es que lo hace, el lugar donde vivimos y creamos(la ciudad, el entorno), en nuestra pintura?.


El entorno influye de manera decisiva en los que creamos. Queramos o no, somos parte de él. De no ser así el arte de unos y otros sería muy parecido, la diferencia sólo consistiría en la inmanente al temperamento de cada cual. Pero a no olvidar que, además de los genes, es el lugar y lo que en él vivimos lo que nos dota de una sensibilidad especial. Tal vez por ello -inconscientemente- nunca quise abandonar España, aunque debí hacerlo. Incluso a sabiendas de haber de afrontar aquí la envidia. O lo que es peor, nuestro eterno y absurdo complejo de inferioridad, dada la gran historia detrás que en arte nos avala. Dado que es este el que en verdad nos lleva a ensalzar sólo lo de fuera y a lo nuestro hacerle la vida imposible. Sencilla razón por la que la cotización del arte español, incluso el de sus artistas mas reconocidos, en comparación con el de otros países occidentales mas avanzados, ande por los suelos. No se cree en él si no es antes bendecido mas allá de nuestras fronteras. Y no hablo sólo del de ahora, pues ello es extensible al de siempre, desde el de las cuevas de Altamira, pasando por el del Greco, Velázquez,… hasta el último mono de nuestros días. Sólo en dicho complejo podemos hallar la explicación a tan oscuros reparos que nos conducen a ocultar durante largas décadas a los ojos de todos la pintura, magnífica en su mayoría, de otro lado -el tema, en todo caso, en arte es nada más que la excusa-, de nuestros artistas del XIX, que además, nos hablan en ella del realismo mas veraz: justo el que dio siempre significación a la pintura española. ¿El miedo o la vergüenza culpables de que cometamos este grave pecado con el que se sienta tan insólito precedente museístico? Que yo sepa, no ocurre en otro sitio. Únicamente aquí y de cara al Museo del Prado: donde, sin duda, la mejor pintura de ellos debía de estar. ¿Os imagináis el Louvre sin los cuadros de Ingres, David, Delacroix, Géricault, Courbet, Daumier, Millet o Corot, o La Galería Nacional de Londres sin Constable, Turner, Millais o Rossetti? Imposible, porque ellos sí creen en su arte, y miman y protegen a los suyos.



11.- No sé si conoces con la suficiente perspectiva los planes de estudios de las facultades de Bellas Artes para pronunciarte sobre lo que actualmente, se imparte en ellas.



No mucho. Pero en mis obligadas visitas a algunas de ellas, y en concreto a la de Madrid, he observado que se han especializado en impartir materias que guardan mas afinidad con el carácter universitario que con la consabida formación adecuada a lo que espera después al verdadero artista. ¿Tal vez no debieron abandonar aquel otro sesgo de talleres donde enseñar oficio y dejar aflorar sensibilidades, me pregunto yo?. De todos modos, pienso que en ellas se educan mas a profesionales y profesores que a futuros artistas creadores.


12.- En todo caso, ¿te parecen una alternativa posible las Academias públicas, semi-públicas o privadas, para aquellos artistas a los que les seduce sin remisión la pintura?


Claro que sí. Así empezó Platón en relación con la filosofía y ya ves a cuánto dio lugar la cosa. Pero depende de quienes y con qué criterios sean los que impartan en éstas sus lecciones, lo cual es fundamental. El asunto es delicado, pues sólo a ellos incumbe salvar o destruir a un futuro artista. Al menos en las facultades de Bellas Artes sabemos que la enseñanza la llevan a cabo personas muy cualificadas. Sin embargo -y me consta como buen modelo la que tú diriges- tan importante como las lecciones recibidas, en es ellas el compañerismo y estar abiertas al mundo.



13.- El dibujo, Eduardo, de capital importancia en tu trayectoria, sigue siendo objeto de discusión entre pintores. Sigue cuestionándose si es compatible la excelencia en ambas vertientes del arte (dibujo y pintura) y yo, indefectiblemente, te pongo como ejemplo de que sí. Y sigue cuestionándose también sobre si es necesaria la enseñanza del dibujo para un perfecto entendimiento de la pintura. ¿Cuál es tu opinión?.



No soy, en este caso, un juez imparcial. Amo el dibujo, igual, imagino, que le ocurrió antes a Durero, Rubens, Goya, Fortuny,… Por no decir a Miguel Angel o Picasso. Pero reconozco que hoy es distinto, ha cambiado. No se necesita saber dibujar para hacer una instalación u obra digital. Y no obstante, mantengo que es el dibujo el alma que da forma a todo cuanto sale de las manos del artista: Dios nos dibujó, y se nota. Como se nota entre los artistas, sea cual sea su estilo o tendencia quién dibuja y quien no.




14.- El espectador de la obra obtiene algo cuando la contempla, pero ¿Obtiene algo el artista cuando la muestra?. ¿Hasta que punto importa la crítica?. Tengo grabado en mi memoria aquel comentario de un crítico sobre tu exposición del 79, que, con ánimo inquisitorial dijo: “Las cosas no están pintadas, simplemente están”. ¡Que hermosa frase!, ¿no es cierto?,… a pesar de su perversa intención.

Sí, yo también recuerdo aquella frase y al crítico malvado que la escribió. Eran tiempos en los que yo aún leía todas la críticas sobre mí. Hoy sólo leo las de personas sabias y consecuentes. Y cierto es que, guiado de su mal ánimo, se equivocó y le salió la gran frase, pues nada más y nada menos que con ella me comparó con Velazquez. Qué cosas. Suele ocurrir. Hablaba sin querer del sueño mayor de todo artista: conceder verdad y vida absoluta a lo representado. Respecto a tu inicial pregunta, te confieso que ni mayor satisfacción (y compensación) cuando muestro una obra es comprobar que motiva a los demás. Que les causa amor u odio, pero no les deja indiferentes. Por cierto, que el más rotundo gesto de amor hacia una obra es querer poseerla y adquirirla.


15.- Creo que ambos coincidimos en que, la incorporación de algunos nuevos materiales, procedimientos mecánicos y otros artificios y originalidades actuales, son mas propios de la Ciencia que del Arte. Sin embargo, están cada vez mas aceptados, se exponen en galerías y son premiados en concursos de “pintura” estas propuestas. ¿tienes algo que decir al respecto?


El arte es una mezcla de artesanía y ciencia continúas donde se impone el alma o la magia de la capacidad creativa de la mujer y el hombre, y para ello sirve cualquier material y proceder, siempre que sean nobles y serios. Lo que ocurre es que de no prevalecer sobre ambas cosas lo último, no habrá Arte, sino, a lo más, lo dicho: meras mecánica y raro artificio, en verdad al alcance incluso de los más mediocres.



16.- ¿Sigue pareciéndote fascinante contemplar la realidad a través de un cristal o de un espejo?. ¿Permanece el misterio?



El misterio siempre existe; de no ser así el arte carecería de sentido. Aunque no con tanto protagonismo en mis cuadros y grabados como en las décadas de los setenta y ochenta, sigue aún persiguiéndome a veces la idea del cristal como parte de mí y de mi afán de atrapar el recuerdo de algo o alguien: la ausencia.



17.- “Una pintura resuelta con magistral soltura puede ser profundamente realista y, en cambio, otra concienzudamente terminada, ser la antítesis de

a realidad“. ¿Puedes ampliarme esta opinión tuya?



Tú lo explicas ya en la pregunta. El realismo, o más que el realismo, la verdad de una realidad expresada, está en el ánimo y no tanto en el detalle. El detalle sólo sirve si está al servicio del primero y apoyado por el talento. Valga el ejemplo de el “Cardenal anónimo” en el Prado de Rafael. También existe el detalle en la fotografía y no le aporta vida, no nos hace vibrar. Como de otro lado, cualquier obra postrera de Goya, pese a su soltura, nos transmite la sensación de una fuerte realidad acaecida.









18.- La realidad de un desnudo pintado, ¿es que la pintura huela a cuerpo?



No sé si un buen desnudo pintado huele o no a cuerpo, pero sí estoy seguro de que jamás podría haberlo yo pintado, logrado darle vida y que así lo pareciera de no haberlo amado, palpado y olido antes. Por eso sé que Velázquez lo hizo antes de pintar o en tanto pintaba su “Venus del espejo”, y no Goya al pintar su “Maja desnuda”. En ella Goya sólo pinta el deseo de lo imaginado, además de esos fondos y telas prodigiosos. Quizás a Goya no le hacía falta. Goya era mucho Goya: genial aun sin tener delante a la Duquesa de Alba.


19.- Vivir una vida sin tiempos,… disfrutando del placer de soñar sobre el papel o el lienzo inmaculado,… con el anhelo de aprehender la imagen deseada,… es una hermosa forma de vivir en la pintura, ¿lo regalarías como un consejo?.

No sé porqué estas palabras me suenan a mías. Creo haberlas escrito en cierta ocasión muy reciente, aunque no probablemente con las mismas sílabas, ¿cómo entonces no regalar, si ya lo hice, ahora como consejo, tan bella forma de vivir?



20.- ¿Que sentimientos te produce el tener dos obras en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el museo de arte contemporáneo mas importante de tu país?. ¿Se puede o se debe aspirar a más?


El cuadro “El sueño con las musas”, sus ideas y estudios de 1979, y el dibujo “Carlos en el estudio” de 1998 están en el Reina Sofía porque ese era mi deseo: esto es, que pertenecieran a todos. Y fue una grata sorpresa para mí que fueran bien acogidos. No es fácil que ellos ocurra hoy tratándose, como es el caso, de las de un pintor español y realista. Otra cosa es que se expongan por el momento. Pero ya vendrán tiempo mejores y personas con distintos gustos y criterios. Los cargos y las modas son pasajeros, y un museo (en este caso el nuestro mas importante, continuación del Prado) es para siempre, les sobrevive.
El cuanto a lo segundo, no era ésta una aspiración sino un deseo, hoy cumplido. La verdadera aspiración de un artista tiene mucho mas que ver con su obra: con la bella obra que tiene en mente y continuamente, se le resiste: es decir, con aquella tan de largo soñada y casi acariciada y que, sin embargo aún le queda por hacer.


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