La lucha política y sindical

La lucha política y sindical sí es necesaria para reivindicAr el bienestar social


Como simple obrero y también intelectual autodidacta imbuido en la clase a la que pertenezco. En mi propio juicio de humildad y aprecio, me considero y me siento apenado porque el propio pueblo, mayoritariamente de izquierdas, ignora y cierra los ojos a las directrices de conquista que marcan los guías de los socialismos. Guías que habrán de luchar por los ciudadanos, para consenso de su propio bienestar: el del pueblo.

Gracias a los políticos que lucharon, padecieron o perecieron por la libertad de los ciudadanos. O física e históricamente representaron y murieron por el pueblo, hoy gozamos de una democracia que desgraciadamente, para las clases obreras, va en declive de bienestar. No es necesario ser un sociólogo, filósofo ni matemático para comprobar que disminuye la calidad de vida y la carestía nos aboca al consumismo más despiadado e inaccesible. Ello está derrumbando el imperio de buena parte de los ciudadanos y ampliando un imparable auge de nuevos y más prósperos latifundismos.

Aquellos hombres del campo, de la industria o de la mar defendieron, representaron y conquistaron parte de riqueza y el bienestar que hoy gozan sus ciudadanos. Pese a ello, no deberíamos de olvidar que el buitre acecha en la carroña de los latifundismos que brota de la era moderna y avanza a un ritmo tan imparable como desordenado. De tal palo, cuando sellen el cerco opresivo y dominante sobre los trabajadores, tened presente que no darán tregua de confortabilidad ni de bienestar, a quienes se apalancan sobre la fantástica laguna de la inactividad.

Gracias a los políticos comprometidos con la dignidad de las masas y con nosotros mismos, nos hemos visto alejados de la cruenta explotación obrera durante más de treinta años. En consecuencia, hoy podemos levantar el brazo, la voz y la cuchara.

Seguid alejados de vuestros guías y cuando necesitéis de ellos será tarde para avanzar entre las espinas del monopolio. Un monopolio que día a día está manando sin contemplación alguna en la hospitabilidad , la solidaridad o la equidad. Las multinacionales y los latifundismos internacionales no tienen más familia que la banca y la patronal. Que os quede muy claro que para ellos no existe la igualdad, la hermandad o la solidaridad. En consecuencia, volverán a dejar el peso de la fuerza económica, social y política sobre los maltrechos lomos de los más indefensos, como históricamente hicieran en la penuria y debilidad de las poblaciones obreras.

A. Conchilla