Semana Santa exaltando el dolor y la muerte

Ante tantos rituales de Semana Santa exaltando el dolor y la muerte, llevados a cabo por una parte minoritaria de la población (se calcula un máximo de 23% de católicos practicantes en España), creemos de justicia dar voz a la mayoría que no la tiene, reenviando este artículo que nos acaba de llegar e invitando a una rápida reflexión sobre la religión.
Queremos dejar constancia que nada tenemos contra la religión como expresión de la faceta espiritual del ser humano, pero sí consideramos dañina y destructiva la institucionalización de las religiones y su inevitable transformación en grupos condicionados por intereses materiales y políticos: ni Jesucristo, ni Mahoma, ni Buda invitaron a crear una organización que se arrogara el monopolio de la comunicación con dios, sino que éstas surgieron históricamente como consecuencia de intereses políticos y económicos, al tiempo que tergiversaban y manipulaban las palabras de quienes sólo habían propuesto un modelo espiritual de convivencia.

Quien necesite crear su imagen de algún tipo de dios y comunicarse con él, tiene pleno derecho a ello, pero no lo tiene a imponer ese tipo de comunicación a nadie.
Las religiones institucionalizadas y los integrismos a que inevitablemente dan lugar, sea éste cristiano, musulmán, judío o de cualquier otra clase, han llenado la historia humana de guerras, crímenes y muerte, en completa contradicción con los principios que hipócitamente dicen defender.
Creemos que algún día la religión ocupará su lugar, en el centro mismo de la mente de cada ser humano, como acto individual e íntimo, abandonando rituales interesados, dejando de lado la obsesión por imponer el dios propio y brindando espacio a tantos dioses como seres existan para concebirlo. Ese día comprenderemos al fin que no es importante el nombre que se le da a determinada forma de concebir a determinado dios, o incluso a la ausencia del mismo, sino la actitud de respeto hacia la forma diferente de pensar. De ahí nuestra negación a los grupos organizados que se erigen en portavoces de dioses, pero no al concepto mismo de divinidad. Ese día marcará el fin de la primitiva y agresiva prehistoria espiritual en que vivimos.
Desde aqui recomendamos tanto a creyentes como no creyentes la lectura de"El espejismo de Dios", de Richard Dawkins. Aunque el artículo adjunto lo incluye como un libro ateo, una idea que no merece ni más ni menos respeto que cualquier tipo de fe religiosa, es en realidad una recopilación de datos históricos que sorprenderá a quien crea saber el origen de la religión que profesa o, en cualquier caso, la religión que ha condicionado de una forma u otra su vida.
Salud y saludos.
ARTES LIBRES


Meslier, un cura contra Dios

Sacerdote durante 40 años en el siglo XVIII, arremetió contra la religión y recomendó en su testamento abandonar toda creencia