Identidad Europea
Emilio del Barco
Que haya diferentes idiomas y sensibilidades en Europa, no es una desventaja. Antes al contrario. Es la esencia de nuestra identidad polifacética, de la que podemos sentirnos orgullosos. Algo que nos obliga a pensar en otros, y como otros, cada vez que hemos de optar por una decisión importante. Hemos de pensar en nosotros, y en los demás, equitativamente. Con lo que la mirada se amplía. Ya no somos un continente de naciones enfrentadas, sino de colaboradoras. Por el bien propio y el común. Sin adaptación, no hay supervivencia. Esto cuenta tanto para el individuo como para el grupo. Que nos tengamos que adaptar, simultáneamente, de forma acompasada, a distintas sensibilidades, nos hará más flexibles. Acrecentando nuestras posibilidades de estabilidad. Las nuevas generaciones serán más abiertas al mundo, de forma natural. Conviviendo, pueblos que, por tener fronteras comunes, se creían obligados a considerar enemigos a los colindantes. Ahora, esa misma frontera no es más que un punto de contacto con el vecino.
El pensamiento deja de ser egocéntrico, para distribuirse entre nuestros afines. Es una evolución que obliga a ver ‘la verdad’ desde distintos ángulos. La misma y única, alumbrada con luces contrapuestas. Si algo hemos aprendido los humanos en la edad presente es, a pensar de forma múltiple. Adaptar nuestro pensamiento a las necesidades de otros, no sólo a las nuestras. Esto abre las mentes. Los pensamientos pétreos, monolíticos, inadaptables, han de quedar en el pasado. Estamos aprendiendo a compartir las patrias. Y esto es un gran paso, hacia la aceptación de la Humanidad, como la única patria común del hombre. Algunos tabúes se van disolviendo por el camino. Los pensamientos monocordes no pueden armonizar entre sí, sólo discordar.
Nos tenemos que acostumbrar a pensar en una civilización caleidoscópica, donde el juego de muchos colores vibrantes e independientes forma un conjunto armónico. Mondrian era europeo. Nada se crea , si no hay dudas antes. La duda es creativa. Necesitamos tener dudas para avanzar. Y se está haciendo. La cuestión básica es resolverlas, no dejarlas atrás. Si el hombre no tuviera la capacidad de razonar, los conceptos abstractos no existirían. Europa es real, porque la hemos concebido como tal. Si el hombre no tuviese la capacidad de razonar, los conceptos abstractos no existirían. Europa era una abstracción, que se convierte en realidad. Se cree porque se quiere creer. Con el pensamiento y la voluntad de hacerlo, también se crea. Cuando se busca la fe en algo, es porque ya se ha encontrado. Está dentro de nosotros, germinando. Sólo le falta aflorar. En nosotros está el conservar y alimentar esta fuente de paz que estamos creando. Con una Europa armónica y firme, el mundo será mejor.
26/06/2005
delbarco23@hotmail.com
