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sábado, 9 de agosto de 2008

Asunto energético

Autor: Agustín Conchilla



La subida del recibo energético ilumina la predisposición de ayuda energético-social al Ministro de Industria, Turismo y Comercio: Sr. D. Miguel Sebastián Gascón



En letra cursiva resumo nota que acompaña factura eléctrica para pago en agosto, y que entre otros, expone: le informamos que el día 1 de julio 2008 se creó la tarifa social, cuya ventaja es la exención de pago del término de potencia, tal como establece la orden ITC/1857/2008, y que será de aplicación al suministro doméstico de baja tensión que hubiera sido contratado por personas físicas que cumplan con los siguientes requisitos:



1º El suministro debe estar destinado a la vivienda habitual del titular (confusión textual que no especifica si es titularidad de contrato, o de vivienda)

2º La potencia contratada será inferior a 3 KW y deberá acompañar la instalación del correspondiente ICP: Interruptor de Control de Potencia o Limitador.

3º Si usted cumple los requisitos que anteceden y desea solicitar la tarifa social le informaríamos en Atención al Cliente: 901 20 20 20 ó en www.iberdrola.com

4º Si la instalación careciese de limitador: ICP, y deseara acogerse a la tarifa social, debería solicitarlo al suministrador de energía eléctrica, quien lo instalaría en el plazo máximo de un mes.



Exposición de autor:



El Ministro de Industria y Comercio, Sr. Sebastián, obvia el fundamento y la necesidad de la propia ciudadanía socialista, y española en general, cuando discrimina y encasilla a perpetuidad de carencia y restricciones energéticas a millares de familias necesitadas en derecho e igualdad de uso y disfrute de tecnología doméstica proveniente del progreso social que naciera de la Transición Política Española, a finales de la década de los años 70. El ministro premia la continuación retroactiva del contrato energético en lamentar de desdicha y en consumo eléctrico en indigna miseria, ante una realista necesidad familiar que él estipula en ayuda social si es inferior a tres kilowatios, potencia que imposibilita la necesidad actual de consumo meramente técnico, electrónico, doméstico y de alumbramiento familiar. Con ello, el ministerio estanca a los más indefensos usuarios de la sociedad española a marginalidad y a carencia de disfrute progresista; además les ilumina la tenebrosa senda de la desventura con engañosa cualidad de beneficencia, entre grandes lagunas de logros en aparente Bienestar Social que va en drástico auge y de magnitud bestial por la crisis marginal que en la actualidad económica y social de nuestra querida España, nos envuelve. La mayoría de contratos de consumo energético que podrían acogerse al planteamiento del ministerio, y al que él o su ministerio han dado por llamar Tarifa Social, efectivamente se encuentra en multitud de viviendas de familias necesitadas, así como en manos de indisposición económica e in-progreso social: casas antiguas de pueblos, campos y barrios obreros en ciudades, acogidos a edificación de Protección Oficial y personal que se acometiera en España a partir de la llegada de millares de ciudadanos rurales a las grandes urbes de las ciudades: Revolución Industrial de los años sesenta y posteriores.



Sin embargo, lo que en principio parece ayuda al necesitado, en simple y rápido análisis doméstico podríamos captar y reflejar que no es gratitud ni ahorro energético-ministerial lo que los gobernantes aportarían al ciudadano, sino que sería mera estrategia camuflada que dejaría en in fraganti desamparo a los más vulnerables, ante el estancamiento de progreso y disfrute por reducción de consumo eléctrico en deriva del propio Bienestar Social. Los ciudadanos que disfrutan y han disfrutado de ese tipo de contratación eléctrica se han visto, se ven y se verán, aún más, limitados por el paso del tiempo al uso y a la carencia de electrodomésticos tan necesarios para el bienestar humano, como pudiera ser la calefacción o el aire acondicionado, así como una amplia gama de electrodomésticos y tecnologías sociales e industriales que al ciudadano de hoy y a su familia servirían de preparación intelectual-formativa, profesional y personal…



Con la baja o bajada de cobertura eléctrico-económico con cual el ministerio desea premiar a los ciudadanos más vulnerables de la sociedad española: nuestros ancianos, obreros y gente llana en particular, millares de familias se verían imposibilitadas a disfrutar de lo cotidiano en igualdad social, así como de enchufar la lavadora y el brasero a la vez, entre otros porque si lo hicieran saltarían los plomos del cuadro eléctrico y en casa de necesitado ya se sabe: arrastrar de zapatillas pesadas y mango de escoba en mano va y viene, bajo una tenebrosa e insegura oscuridad, para con ello acceder al interruptor del cuadro eléctrico y rearmar el consumo que imposibilitaría el limitador de potencia: ICP. Limitador que el ministerio de industria y energía obligaría a instalar a quienes se acogieran a la ya publicitada, en vigor, engañosa y ofertada"Tarifa Energética Social". Tarifa que no añade beneficio, sino que por la instalación obligatoria del limitador de potencia reduciría el caudal en aquellas viviendas que por antigüedad constructiva e instalación vigente de la época se encuentran bajo contratación eléctrica de tres kilowatios y carecen del dispositivo limitador de consumo eléctrico... "Con esa presunta buena predisposición del ministerio", referente al descuento económico en recibo, o estancamiento beneficioso por tarifa social en el mismo, sin embargo, el ciudadano puede llegar a percibir que la Administración del Estado pretende perpetuar la escasez, como siempre que hay ajustes sociales o crisis laborales, en el más vulnerable de la sociedad española, aunque sea en beneficio de un virtual ahorro institucional, empresarial, clasista, gubernamental o, a saber....



Para ello, el Ministerio de Industria y Comercio: energía y consumo, limita el grifo del más necesitado bajo engañoso premio al ya de por sí restringido en uso y disfrute de su in-gozosa e indeficiente instalación eléctrica que en la mayoría de hogares seleccionados no supera la contratación en origen de 1.7 kilowatios. A través de la rebaja social, por contra, el ministerio no equipara a la sociedad en la igualdad, ni realmente apoya el progreso del necesitado, sino que en periodo de breves meses encarece la electricidad en un 22% al conjunto de la sociedad española. Del mismo modo que el ministerio enmaraña su planteamiento benéfico en los términos que publicita, y lo hace porque a la vez que enseña el plato a rebosar de condimentos al hambriento en la puerta de las urnas, a posteriori lo cubre con un paño negro que mantenía encubierto... En consecuencia, el presunto privilegio energético para las familias "afortunadas"que se acojan al concepto y formalización de Tarifa Social Energética: recibo de la luz, esfuma de lo meramente social porque el propio ministerio exige la colocación obligatoria de un limitador de potencia: ICP. Por consiguiente, el aparatito limitador reduciría el caudal energético y abriría la veda al indiscriminado salto del "plomo-automático de seguridad", así como a la batalla de caminar con la escoba en mano a través de la tenebrosidad de pasillos a oscuras, para reactivar el limitador. O en contrario, a usar la manta para el frío, la ventana para el calor o el fogón de butano en defecto de la vitrocerámica, aún dentro del marco de la España que recientemente gozaba de superhábil económico, nadaba en la riqueza nacional-productiva y marchaba en busca del pleno empleo que traería el Bienestar Social al conjunto de la ciudadanía española.



Mientras tanto, y en contrario, la indeseada morosidad ciudadana sobrevuela las cabezas de los españoles a velocidad del relámpago, aunque en buena medida pudiera derivar de la negativa a reconocimiento en tiempo real y a la propia imprevisión gubernamental de los mandatarios actuales. Ello pudiera conducir a la ciudadanía obrera y de las PYMES a la vil miseria social de ciudadano en desamparo y llevaría a millares de familias a ocupar el palacio de las estrellas (sin techo). Así como al rápido aprender en lectura de butacón de hojarasca, para descanso y recreo de colegio sin horario: "la universidad de la calle y el somier de cartón": en beneficio de multitud de apremios bancarios, administrativos y enriquecimientos financieros de todo tipo… Por consiguiente, más que implantación de tarifa social gubernamental del Ministro de Industria, en beneficio de diversos ciudadanos carentes de disponibilidad económica y social, el mismo ministro discrimina en igualdad de consumo a quienes por la medida en el marco de la brutal crisis nacional pudiera sobrevenirles la oscuridad por cambio de tarifa y obligatoriedad de instalar un limitador de potencia ICP: "a perro flaco todo son pulgas"… En consecuencia, mientras la penuria de la crisis nacional limita el pago del recibo energético al ciudadano, además de múltiples costes familiares más, entre cuales entra la brutal subida del EURÍBOR que se manifiesta a gritos, entre silencios de resignación, se encuentran los constantes incrementos en recibo hipotecario, aunados a la bestial oferta financiera, así como a la indiscriminada adjudicación y uso de costosas tarjetas de crédito en pagos fraccionados que pueden oscilar entre la barbarie del 20/% y el 27/% de interés anual, más el 3% al instante del reintegro en cajeros opcionales…



Al mismo tiempo, y a los mencionados cargos financieros, hemos de añadir la ferocidad de la persistente subida del petróleo (hoy en mengua), así como el incremento de los artículos alimentarios de primera necesidad. Y otros que necesariamente recaen sobre la imposibilidad económico-marginal del más vulnerable y necesitado de la sociedad por indigna inequidad productiva en desigualdad social de las "recientes vacas pomposas…" Sin embargo, y, a pesar de la cruenta crisis que a los ciudadanos en general mermaría posibilidades de bienestar y les retrotraería a la miseria de antaño, el gobierno y la familia socialista recientemente han festejado sus primeros cien días de in-gobierno en cualidad de calamidad y de preocupante economía familiar... Preocupación y penuria social que abarca a los sectores más importantes de la economía nacional, excepto al sector de la banca financiera que aprovechará la ocasión para abrir las garras de águila a la caza del gorrioncillo; o como el buitre intuitivo de carroña fresca se colocará en la rama del árbol, al acecho de ver la caída del moribundo antes de darle gastronomía… La banca aprovechará la mala racha de la economía nacional para hacer grandes fortunas y engrosar enormes beneficios con los mermados ahorros e ingresos de los ciudadanos que en equidad productiva e igualdad de privilegio alimentarían la formación educativa, así como el sustento del entorno popular y acometerían los pagos de sobreendeudamiento empresarial, familiar e individual.



A todo ello y como simple anécdota, expongo: si en otro tiempo el Sr. Ministro hubiera estado entre los miembros del primer Concilio Vaticano, seguramente a él le hubiera recordado la historia como hombre de grandes luces visionarias, entre cientos de escritos e iluminados en sentir de profecía… No obstante, para infortunio de la mayoría de aquellos históricos iluminados bíblicos, y por la simple acción del viento que al templo entrara a rachas vengativas, previa apertura de grandes ventanales, la visión del ministro, previsiblemente no estaría entre la mayoría de aquellos escritos que a buen recaudo quedarían en el tintero del olvido, excepto algunos panfletos sin firma ni autenticidad confirmada que soportarían la avalancha de la ventolera, quedarían sobre la mesa y el concilio los daría por auténticos, por buenos y por los Evangelios de la actualidad... El ministro y su luz divina, sin embargo, en recientes elecciones generales, presuntamente mantendrían silencio engañoso con intenciones futuras e inmediatas, ante las buenas gentes, y por temor a claudicar en las urnas, quizás… O a saber si al ministro le interesaría poner luz candente sobre el candelero del poder entre la corrosión de una nación des-iluminada por el cruento in-Bienestar Social en destartalada marcha de la economía nacional de ahora, aunque presuntamente conocido y callado en tiempos de preelecciones. Sin embargo, de lo que presuntamente no existiría presunción ni duda, sería que el Sr. Ministro de la Energía Española hubiera colocado la brutal subida económica en el recibo aduciendo a carestía de producción por la subida del coste del petróleo…: aquí se quedaría la justificación política, la paz para la humanidad y la gloria divina y futura para la eternidad, si cabe… En consecuencia, y aunque las bombillas de Sebastián no verán la evangelización, es posible que sí vean las tinieblas de las sombras en iluminación de hambruna; entre cuales la ofuscación pudiera llegar a los más remotos entresijos de la sociedad española, donde más que iluminados, los españoles de segundo rango caminarían a ciegas y colmados de inseguridad en digno cometido de sustento familiar, bajo visión de Luciérnaga en deambular de oscuridad.



Con el regalazo de una bombilla de bajo consumo, por factura y familia, para iluminar la presunta mesa del necesitado en orfandad de leche y de pan, el gobierno en el poder cambia el interruptor opcional de riqueza por la oscuridad tenebrosa de la inminente miseria… Mientras tanto, el Profeta iluminador de España, Ministro de Industria, Comercio y Energía, Sr. Sebastián "vaga sin rumbo y sin freno en un mundo para el que no encuentra mas luces que las de su propia visión profética. O las del supuesto resplandor que cuarenta millones y pico de bombillas energéticas de bajo consumo darían en contorno de clarividencia, previa descomunal subida en cuantía económica de recibo hidroeléctrico a los ciudadanos, a quienes el ministro "regalará una bombilla a coste de su propia generosidad"… Por tanto, cuarenta millones de bombillas de bajo consumo energético han de ahorrar al estado español algo así como la miserabilidad en la tiniebla de salón de la vivienda familiar derruida, desunida y apagada… Mientras tanto, en el marco viario y otros de la geografía nacional permanecen centenares de miles de farolas de alumbrado público en multitud de derroche energético; derroche que podría evitarse o reducirse en caso de extrema necesidad energética. Y que en la actualidad ocupa kilómetros y más kilómetros de carreteras, travesías sin tráfico ni urbanidad, polígonos sin servicio y un sinfín de vías en desuso poblacional que además consumen entre 250 y 500 vatios, por cada unidad de alumbrado y farola.



Nota de autor: el lector inhabituado a la pícara expresión de mi exposición coloquial pudiera desentender el mensaje en su justo término, por ello estimo que debería usar una pizca de psicología y un poquito de humor, ante una realidad palpable y perniciosa para la mesa, la vida y la economía de millares de familias españolas.

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