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domingo, 14 de septiembre de 2008

COTILLEOS Y ENTRESIJOS DE LA CIUDADANÍA RURAL


El caso ocurrió el día en que Paquillo llegó a casa y entró como la perdiz en época de incubación: trastabillón, encorvado, de medio lado y "con el ala caída". Dolores le esperaba semitumbada en el sofá, como de costumbre. Paquillo la miró de soslayo, con las pupilas brillantes, los mofletes sonrosados y el flequillo por la frente se acercó a ella y cariñosamente la saludó.

—¡Hola!

Dolores torció la comisura, arrugó el morro, le miró a los ojos y, dijo:

—Bienes tarde y cargadito, eh.

Paquillo bamboleaba, buscó acomodo junto a ella y le narró los sucesos que ingratamente le acaecieran por envidia y malestar entre sus propias amistades. A Paquillo le costaba mantener su propia equidad lingüística, así como la cabeza en alto y ensimismaba sobre su propio pecho, mientras tanto, Dolores reanudaba en los reproches.

—Tú ya sabías que Juanito andaba de egoísta e interesado por estos andurriales dejados de la mano de Dios —y proseguía—. Aunque no querías caer del burro, eh. Y lo malo es que hay cosas de Juanito que aún no conoces. Cosas graves que antes no te quise contar, o no se dio el momento propicio porque tú y yo nos vemos menos que las golondrinas y los zorzales...

—¿De qué cosas me hablas, Dolores…?

—De cosas graves, muy graves. Aunque mira por dónde, creo que va siendo hora de que sepas con quién tratas, con quién bebes y a quién llamas amigo.

La incógnita que creara Dolores atraía tanto la atención de Paquillo que hasta la semiborrachera dejaba paso a la equidad de un juicio sano.

—Por favor, cariño, sigue que me tienes en ascuas.

—Sabes lo que me contó su mujer el otro día… Isabel me contó que Juanito la humilla y ella se deja doblegar por miedo. Añade que su marido le da trato vejatorio en casa y en la cama, cochinadas incluidas; la obliga por delante y por detrás; la insulta y, ¡Dios qué hijo de puta! La pobre Isabel me enseñó varios hematomas en las piernas, en los pechos y en la espalda…

—¿Qué dices, mujer…?

—¡Lo que oyes, Paquillo! Y son hematomas reales que no provienen de caídas... Aunque para que tú veas cómo somos las mujeres, y hasta qué punto defendemos al marido, ella le dijo a don Antonio, el médico, que resbaló en los peldaños de la escalera, trastabilló y rodó hasta el rellano.

—Joder, cariño, me dejas de piedra… ¿Y ella lo va contando por ahí, sin denunciarlo a las autoridades, y así, como anécdota de calle…?

—¡Sí Paquillo. Ella dice que si lo denuncia destroza la unidad familiar y pone en peligro la estabilidad económica de su hogar. Aunque a mí sí me dijo que los hematomas provenían de los garrotazos que en la intimidad le suelta el condenado…

—Joder con Juanito. —dijo Paquillo y prosiguió con su propia exposición— Juanito dice que su coche está destartalado y no lo lleva al campo por si nos deja tirados y tenemos que volver andando.

—¡Excusas y sólo excusas, Paquillo! Juanito no lo expone a los caminos para preservarlo de maltrato o suciedad. Y bien que hace, mientras haya ingenuos como tú y como Carmelo...

—No, nena, no es ingenuidad, aunque a veces me cuesta entender a gentes que te llaman amigo y te exprimen como al limón y con falsas gesticulaciones te picotean como los buitres a la carroña.

—Ya lo entenderás, ya... El día que te atrape el guarda o la Guardia Civil y tú solito te veas enfrentado a la sanción... Aquellos a quiénes llamas amigos olerán el peligro y te dejarán más colgado y más enjuto que el viento de primavera al chorizo de la matanza otoñal.

—No, mi vida, no… Eso no lo creo yo...

—¿Qué no…? Paquillo, si a esos se les presenta la ocasión te cargarán el mochuelo para ellos salir ilesos... Y lo que más temo… —Dolores enterneció con su Paquillo—. Lo que más temo es el daño que podrían causar a tu conciencia de bonachón.

—¡Creo que te has pasado un rato…! ¡Los mides a todos con la misma vara de la sinrazón y a mí me tomas por tonto...! Y aunque Juanito pueda ser interesado y egoísta, Carmelo es mi mejor amigo… Y te advierto que yo no estoy tan borracho como tú piensas y que Carmelo tampoco está de acuerdo con el actuar egoísta de Juanito, ni mucho menos.

—Sí, Paquillo, sí, aunque tú sigues y seguirás sin caer del burro. Y lo malo es que ya deberías saber que cuando tu amigo Carmelo se bebe dos vasos de más, cosa que es de a diario, igual que tú, no reconoce a la burra ni a sus padres ni a su esposa Maruja ni a los amigos...

—Bueno, defectos tenemos todos…

—Sí, Paquillo, pero aunque Carmelo no sea malo, creo que anda bastante salido y no es de fiar porque mira que tirarle los tejos a la señora Adela, la Mimbrosa…

—¿Qué dices…?

—Lo que oyes, ignorante… Aunque creo que tu ignorancia se debe a que andas desperdigado por las sierras y te pierdes las mayores esencias del cotilleo local. Y mira tú que hay quienes dicen que Carmelo se acostó con ella detrás del cortijo, mientras su esposo, Aristóteles, Barriga triste, el guarda de la finca, limpiaba la ceniza en la chimenea del señorito. Aunque ya me dirás, Paquillo, qué conductas son esas y qué aliciente de conquistador puede cobijar tu amigo, con más de cincuenta años que tiene la pobre mujer...

—Qué dices, mujer… Aunque ya puestos en la trocha de la perdiz creo que lo único cierto y lo que yo puedo creer es que es mentira y más mentira: fábulas de malas lenguas aldeanas...

—¡Fábulas, eh…! Anda Paquillo, dime con quién andas y te diré quién eres y cómo te llamas. Y no olvides que si vas con un cojo y al segundo día no cojeas, al tercero racaneas. Así que lo que tú deberías de hacer es olvidarte de los amigos y pasar más tiempo en tu casa, con tu familia. Tu hijo Damián te necesita, y yo..., yo también, Paquillo.

—Bueno, pero esto que tú me cuentas es otro cantar familiar. En cambio, lo del maltrato, si tú lo expones puedo creer que Juanito le atice a la mujer y la deshonre, cochinadas incluidas… Pero mi vida, no puedo creer que Carmelo se acostara con Adela, la Mimbrosa, y mujer del guarda, Barriga triste, ni una sola vez...

—¡Pues créetelo que es cierto!

—¿No será una injuriosa calumnia más de las malas lenguas…? Cariño, con todo mi respeto a lo natural y humano, esa mujer no es ningún bombón… Ya está pasada en años, las tetas se le juntan con los pellejos que le cuelgan de la barriga y los sobacos los tiene infectados de garrapatas.

—Garrapatas… Y tú… ¿Tú cómo lo sabes?... ¿No te habrás acostado con ella…?

—¡Por Dios, mi vida! Lo sé por los comentarios y nada más. ¿Cómo puedes pensar en algo tan turbio y tan indecente de tu propio marido...? Yo no estoy tan salido como tú dices que está Carmelo, y si lo estuviera, con ese cuerpazo que tú derrochas, que yo acaricio, alabo, disfruto y a más de uno quitaría el hipo...

—Tú y tus zalamerías siempre a pienso revuelto, aunque Paquillo, has de saber que algunos hombres con tal de llenar el agujero y culear un poco no se andan con remilgos, escrúpulos, esteticismos o sentimientos de indecencia...

—Bueno sí, pero tampoco generalicemos...

—Lo mismo llevas razón, Paquillo, aunque yo también sé que en la Viña del Señor cabe de todo y qué quieres que te diga... Además, aquí hay cacao porque dicen que la vieja se las pela con los invitados de don Germán, el señorito.

—¡Coño…! ¡Eso no será real ni creo que pueda ser cierto…!

—Qué no, Paquillo… Pues que sepas y entiendas que también yo escuché el comentario de que el pícaro de don Germán envía al guarda a recorrer la finca para que ella pueda alegrarles la vista, a él y a sus amigos, en talante de cuerpo semidesnudo, por las zahúrdas y por los alrededores del cortijo.

—¡Mujer…! Yo también escucho cosas, muchas cosas, aunque tampoco vamos a creer todo aquello que los desocupados rumorean... Además, en una aldea, ya se sabe… Aunque por tu propia salvaguarda, hazme caso a mí y acógete al dicho popular: <<de lo que oigas no creas nada y de lo que veas, con tus propios ojos, sólo la mitad>>.

—Sí, creo sí; creo que sería lo mejor... —reconoció Dolores y reanudó—. Lo mismo son rumores o simples comentarios de las malas lenguas y… ¡Ya me dirás si no, Paquillo! ¿Quién en su sano juicio se acostaría con ella? Y no lo digo por odio ni por calumnia, ni siquiera por despecho… Sin embargo, como mujer que soy, sí lo considero anormal y antiestético. A esa señora le faltan la mitad de los dientes; está tuerta del ojo derecho y tiene la nariz partida de una patada que en la juventud le arreara el caballo del patrón, en la cuadra de la finca en que su marido trabajaba.

—Sí, ya lo sé —añadió Paquillo—. Sin embargo, también creo que se merece una digna consideración humana, aunque a la mujer le sobren las carnes flácidas y ande exenta de esteticismo para exhibición de ciertos avatares, también merece respeto y consideración.

—¡Ea claro, eso sí, la dignidad por delante…! Aunque como tú bien dices, a la pobre mujer le cuelgan los pellejos de lo que un día fueran firmes pechos. Además, creo que hace años que las varices le ganaron la batalla a la forma y al color de las propias piernas.

—Ya… Y cuando ríe, Dolores —prosiguió Paquillo—. Cuando ríe le da apariencia al macho cabrío que el señorito guarda en la cuadra del cortijo, al custodio de Vicente, el casero, y de Fernandina, su esposa. Aunque imagino que tú no habrás visto reír a los machos cabríos…

—No, Paquillo no, nunca. ¿Por qué, qué hacen? ¿Cómo ríen?

—Qué cómo ríen: los machos cabríos huelen la orina de la cabra cuando se desparrama por la zona vaginal, levantan la cabeza y sonríen con tantas ganas que parecen carcajadas humanas. Aunque digo yo, Dolores, ¿quién que en su sano juicio se considere pudiera atreverse a oler la vagina de Adela, la Mimbrosa…?

—Cosas peores hacen los hombres, a saber del mundo, del entorno y del momento…

—Joder, Dolores, me has desarmado, ya no sé qué decirte… Pese a ello, presiento que al menos la Mimbrosa se lavará la entrepierna de tarde en tarde, aunque sea más bien poco. Sin embargo, ya me dirás cómo, sin agua potable ni acuíferos por los alrededores del cortijo ni de la finca...

—Tampoco creo que sea necesario un pilar ni un arroyo para un lavado corporal.

—No, pero en Aldea Chica rumorean que la mujer de Aristóteles, Barriga triste: Adela, la Mimbrosa, se lava menos que los gatos... Aunque yo sí sé, y de buena tinta, que los gatos son muy limpios y con la lengua y con las uñas se espulgan y se pulen. Además, sin agua ni acuíferos se asean y se lavan a diario, e incluso le sacan brillo a la pelambrera que les cubre.

—Ya, pero aunque Adela no sea gata, e incluso a pesar de las malas lenguas, yo creo que al menos se lavará con agua del cántaro, el jabón casero y algún chorreón en la zafa.

—Es posible, aunque también presiento que a la mujer de Aristóteles, Barriga triste, a la Mimbrosa, le ha de oler el ombligo a jaramago y la entrepierna a bacalao. Sin embargo, lo que no puedo entender son los rumores que circulan por la aldea y que tú bien conoces...

—Bueno, sí, pero también yo presiento que no ha de ser fácil aquello de asimilar el contenido de tan abrumadores comentarios. Aunque tampoco creo en aquello de acogerse al dicho popular: cuando el río suena, agua o piedras lleva…

—Pues aquí hay quienes dicen que la vieja hace de concubina en las cacerías, como la juvenil Luisita la del club La Santa Petra. Además, añaden que la Mimbrosa le pega al tintorro que no veas. Y siguen argumentando que cargadita se saca la blusa y levanta la falda, para divertir a los invitados de Luciano Rodríguez, de don Luis, el boticario y de don Germán, el señorito.

—Eso sí… Eso sí ha llegado a mis oídos, y qué más quieres que te diga... Aunque la verdad, Paquillo, lo que la Mimbrosa haga o deje de hacer, a mí no me interesa en absoluto.

—Ni a mí tampoco, cariño.

—¿Entonces tú no sientes morbo cuando escuchas esas cosillas tan picantes y así, a lo despelotado…?

—Mujer…, un poco sí, pero eso, un poco, sin llegar a salirme de lo normal....

—Hay que ver como somos los humanos, Paquillo, aunque por mucho que se rumoreen y se desmientan estas y otras cosillas, a las mujeres siempre nos quedará la duda… Pero bueno, digo yo que lo que Adela haga o deje de hacer tampoco tendrá que ver con los escenarios de estriptís ni con las pases de modelos en bragas, tangas o sujetador...

Por Agustín Conchilla


El Papa denuncia el amor al dinero

El Papa denuncia la codicia y el amor al dinero ante una multitud de fieles

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A la misa de Benedicto XVI en París asistieron más de 250.000 personas CHRISTOPHE KARABA (EFE)

EFE. PARÍS El Papa Benedicto XVI hizo ayer en París un llamamiento a la sociedad para que "huya" de los ídolos y denunció que la codicia insaciable es una idolatría y el amor al dinero "la raíz de todos los males". Reiteró que la razón no está en contradicción con la fe, pero advirtió de que lo que "desencamina" a la persona de esa perspectiva es el culto a los ídolos, "y la razón misma puede fabricarlos".El Pontífice hizo este llamamiento en la homilía de la misa que celebró en la explanada de los Inválidos de la capital francesa, a la que asistieron más de 250.000 personas, de ellas miles de jóvenes. Entre las personalidades instaladas frente a la tribuna papal estaban el primer ministro francés, François Fillon, y su esposa, los líderes de las dos cámaras del Parlamento, varios miembros del Gobierno y la ex Primera Dama Bernadette Chirac.
Benedicto XVI, quien inició hace ya unos días su primera visita papal a Francia, se ha ganado ya la simpatía de muchos católicos del país con su perfecto dominio del francés y su forma directa de abordar temas como la laicidad del Estado, abogando junto con el presidente galo, Nicolás Sarkozy, por una "laicidad positiva".
Por otro lado, Benedicto XVI llegó en la tarde de ayer a Lourdes, en el suroeste de Francia, para su primera visita papal a este santuario, que estará marcada por la celebración del 150 aniversario de las apariciones de la Virgen. El Obispo de Roma, que permanecerá en Lourdes hasta mañana, recorrió nada más llegar al santuario las tres primeras etapas del camino del Jubileo y visitó la iglesia del Sagrado Corazón, donde le recibió el abad Bernard Saintvoirin. En esta iglesia estuvo en la capilla del Santo Sacramento y la pila en la que fue bautizada Bernadette Soubirous, la niña a la que hace 150 años se le apareció la Virgen María.

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Asignatura de Educación para la Ciudadanía

ENTREVISTA A LAURA OLIVA. PORTAVOZ DE LA ASOCIACIÓN PROVINCIAL DE DIRECTORES DE INSTITUTOS

"Es aberrante pero hay que cumplir la norma de EpC "

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La portavoz de los directores de Secundaria, Laura Oliva, es a su vez responsable del instituto número 1 de Mutxamel y tiene amplios conocimientos sobre pedagogía DAVID COSTA

El desconcierto y enfado entre el profesorado ha subido de tono en la antesala del inicio del curso en los centros de Secundaria ante las nuevas amenazas de expulsión por parte del conseller de Educación en el caso de que no se imparta la Educación para la Ciudadanía (EpC) como marca el Consell, en inglés. La portavoz de todos los directores en la provincia, Laura Oliva, recomienda no complicar más las cosas y acatar la norma por muy aberrante que sea -como la califica- aunque también advierte de las consecuencias: una mayor indisciplina.

VICTORIA BUENO Se va a posicionar la Asociación provincial de Directores de Institutos ante la decisión de algunos claustros de negarse a dar EpC en inglés y las amenazas del conseller de expedientarles?

El martes de las semana que viene, día 23, celebramos la primera asamblea del curso de la Asociación porque estamos todos muy molestos e inquietos a consecuencia de la precipitada organización de curso a que han obligado las últimas disposiciones para dar las clases de Ciudadanía.

¿Y hasta entonces cómo se va a impartir la materia?

Puedo hablar por mi centro donde mañana lunes se reúne el Claustro porque los profesores de inglés han pedido que todos los demás valoremos la asignatura de EpC.

¿Cual es su postura?

Personalmente opino que la orden hay que cumplirla porque la Conselleria de Educación tiene las competencias de legislar. Si te niegas te pueden abrir un expediente disciplinario y considero que es preferible que no se planteen además problemas a nivel jurídico para que no haya más de los necesarios.

No parece que sea estar al lado de quienes se niegan a impartirla

Está claro que considero conveniente que los Claustros se posicionen sobre la organización pedagógica porque al final, y si se sigue la norma de Educación al pie de la letra, el que tiene que dar la clase es el profesor de Inglés y el de Filosofía tiene que estar presente, de oyente, aunque pueda intervenir, mientras que por otra parte los exámenes se podrán hacer en castellano, valenciano o en inglés: absurdo.

¿Cómo cree que se ha llegado a esto?

Pues como no podían quitar al profesor de Filosofía porque es el que tiene la responsabilidad pedagógica y así lo ha determinado el TSJ, han pasado la pelota al de Inglés, unos profesores que no conocen la materia que van a impartir y que tienen que reunirse con los de Filosofía, cuando lo que hay que saber es del tema que se enseña y más en inglés. En fin, son directrices que resultan absurdas para el profesorado porque si te vas a reunir pues coges y te lo preparas. La verdad es que en el funcionamiento diario de las clases en los institutos esto resulta inviable. Los profesores de Inglés para lo que se reúnen es para ver las clases de idioma, no de otras materias.

Pero ahora tienen que destinar una de sus horas a dar EpC

Así es, para colmo se quita un hora semanal que se dedicaba al refuerzo del inglés entre los alumnos, como un plus que hay para la conversación mediante el desdoble de grupos, y se la tienes que poner a EpC.

¿Y hay que resignarse?

Hasta que no haya una sentencia del Tribunal, tras la suspensión cautelar de una parte de la orden, lo que hay es que los de Inglés tendrá que impartir un contenido adicional a sus clases asesorados por los de Filosofía. La cosa está así.

¿Qué recomienda usted?

Pues que no se hagan tonterías y se mantenga la calma porque todo esto no es más que una especie de provocación. El día a día en las aulas va a dar mucho de sí.

¿A qué se refiere?

A que nunca antes se había producido una situación semejante. Esto resulta todavía más aberrante que la objeción a la asignatura pese a que con ella el alumno se expone a no tener el título de graduado. Es que interfiere en la organización, capacidad y función de los profesores y en la organización propia de sus materias. En la conselleria no han tenido en cuenta el proyecto educativo que elaboramos cada centro e imponen por la tremenda un criterio que es de tipo personal, pero el día a día marcará la realidad, insisto: No se gana la partida por decir que esto es así.

¿Qué realidad es esa?

El inicio de otro bucle porque al tratarse de algo impuesto y de que los profesores de inglés no estén por la labor se producirán muchos problemas de indisciplina. Cuando el profesor entre y salga hablando en inglés todo el tiempo, imagina la reacción de los alumnos que no van a entender la clase y que se van a negar a entrar al aula, que se van a tirar gomas entre ellos. Ya veremos en qué acaba el tema y cómo se solventa.

Digo yo que les tocará también a ustedes abordar la indisciplina que se pueda generar

Ya. Es que es fácil que suceda esto porque o los de Inglés hacen legibles las clases, o los alumnos no las entenderán y se saldrán. Vamos, que se van a crear problemas de convivencia porque cuando un alumno no entiende la clase se aburre, se distrae y se enfada.

¿Cómo tratan de prevenir esto?

Hay centros que han mandado cartas a los padres para que sean ellos los que decidan en qué lengua quieren que se imparta la materia a sus hijos, pero es que la buena voluntad del profesor no sirve. Tampoco incluir algunos términos de vocabulario en inglés como sugieren otros es cumplir lo legislado y tienes que tener la suerte de que no te expedienten. Lo cierto es que el inspector puede entrar en clase cuando él decida y el que se expone es el profesor, así que yo no aconsejo esa toma de lucha activa contra lo que considero no obstante que es una aberración.

¿Insiste en bajar los brazos?

Es que no se puede luchar en solitario por los alumnos. La normativa es aberrante pero hay que cumplirla, así que se da todo en inglés y que se vean las consecuencias. Otra cosa es darle pie a la conselleria a decir que los alumnos aprenden en sistema trilingüe pese a no dar las clases en inglés y todo porque no vayan a trascender las consecuencias de ello. Podrían incluso utilizarlo desde el Consell para asegurarse el triunfo del inglés pese al fracaso escolar.

Parece toda una estrategia

Esto va a dar mucho juego. Va a crear dos situaciones: que no se esté dando EpC en inglés sino en castellano o valenciano, saltándose la normativa a la torera mientras se mira para otro lado, o que se cumpla al pie de la letra la normativa y se generen problemas disciplinarios porque la reacción lógica de un chico de 13 años en clase si no entiende es empezar a meterse unos con otros.

¿Qué pasará si es así?

Me temo que las nuevas aulas de convivencia se llenarán con los alumnos de Ciudadanía, pero lo que resulta más preocupante es usar a lo alumnos como munición contra el Gobierno central, eso es lo más triste y entre sus consecuencias está que los chavales se desanimen.

¿Que se desanimen?

En la enseñanza interviene mucho la psicología personal y resulta muy peligroso hacer experimentos. Pueden producirse burlas hacia el que no sepa el idioma, no es sencillo. El problema no es ni numérico ni de recursos porque los niños son muy frágiles en su proceso evolutivo y pueden ser desviados de muchas formas si se les reprende en un momento dado.

Menudo panorama pinta usted

Es preocupante, sí. El alumno es la verdadera víctima de toda esta barbaridad. Ni los centros ni los profesores. Y no es justo. Hemos acabado por ajustar los horarios, ha costado mucho y ha generado muchos cambios, pero al final los mayores debemos poder con todo pero están los chavales.



..........................................Más claro imposible...............

EPC no se imparte en inglés

En la Comunidad Valenciana, el señor Camps manifestó que la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EPC), sería impartida en inglés.
Sin embargo, son muchos los centros escolares que no disponen de personal preparado para ello y por tanto, los escolares que no objeten, asistirán a dicha clase con la asignatura en español.
Me parece una falta de coherencia y una muestra más de cobardía y falta de ideales del PP, que no es capaz de manifestarse abiertamente contrario a esta asignatura, con un contenido tan polémico y prefiere seguir en medio de esta rebelión cívica que ha comenzado entre padres y gobierno, donde la objeción de conciencia es la primera salida.
Somos muchos los padres que no estamos dispuestos a que nuestros hijos reciban la educación dictatorial por parte del gobierno de turno y nos sentimos sin respaldo ni apoyo por parte del principal partido de la oposición.
Señor Camps, no se puede jugar a dos bandas como usted ha hecho con esta asignatura: sea coherente con sus ideas y sus votantes.

Verónica Domínguez Donaire


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