
VIÑETAS SATÍCIAS DE HUMOR
Cuando hablas con la gente notas, que inmediatamente cierra los oídos, se pone tapones invisibles de silocona, y en cuanto tñú respiras, ellos empiezan a hablarte de los dolores de su espalda, te sueltan sus proyectos con su retórica sin descanso y encima te dan algunos consejos morales. Y uno, peinsa: si yo empecé hablando de mí, y ahora estamos habaldo de ti, es que a la gente no les interesa tu protectos a partir de los 50, tus planes, tus exposiciones futuras. Cien veces te preguntarán qué día es la inauguración de tu próxima exposición, conferencia o presentación de libro.