Predicadores radiofónicos

Predicadores radiofónicos

Estos días que estoy convaleciente escucho la radio como terapia, me ayuda a pasar las horas, siempre con la repetición de las noticias y las mismas voces famosas. Pero lo que ya se pasa del tiesto son los predicadores radiofónicos, ultraconservadores, se pasan horas y horas sin decir nada en nombre de Dios, Jahve, Jeová..., porque Dios nos protege, Dios nos quieres, somos hijos de Dios, que si Dios por allí y por acá..., así horas y horas como un rosario interminable, sin pudor ni vergüenza. Por el acento de sus voces los puedo localizar como sudamericanos. Estos predicadores, tienen su audiencia, una audiencia de ignorantes, que viven con la mente de la Edad Media y aún con el intacto Dios de los misioneros españoles. Menos Dios y más trabajo. Que yo sepa Dios todavía no ha inventado nada. Dios no ayuda a nadie, porque no puede, por esa regla de tres los pueblos más religiosos debería ser los más ricos, privilegiados, sanos y fuertes.
Lo que la gente se tiene que dar cuenta, es que detrás de estos predicadores radiofónicos o televisivos, curas de micrófonos o huelmas, hay un negocio, un negocio en venderte aire, espítiru, esperzanas imposibles (velas, estampas, imágenes, rosarios...). El Vaticiano vivie del Turismo, allí nadie fabrica nada. No creo que sea decente tener en la boca todo el día la palabra Dios, como si este supuesto Ser Supremo, porque nadie lo ha visto todavía, pudiera hacer algo.
Dios no ayuda a nadie, porque Dios es un invento del Hombre, palabras nada más. Bajo el nombre de Dios vive mucha gente vendiendo Biblias. Cuanto más rezas menos luces tienes. Dejad ya tranquilo el nombre de Dios, y no hagáis negocio con su nombre. De qué le sirve Dios al que vive en al selva, en el Congo, en el corredor de la muerte, en la cárcel, es que va a mejorar su situación, le va a quitar el hambre. ¿Qué tienen que ver la historias de Israel con los indígenas del Amazonas o de Indonesia?.
Cuando esta realidad se manifiesta, aparece el predicador, el sacerdote o el gurú con lo de la salvación del espíritu, qué espíritu, qué alma. Nadie ha vuelto del otro mundo para decirnos que allí se vive bien, qué alma ni que ostras. Nos venden el Cielo, el milagro, esperanzas falsas, oraciones. Buen negocio este de venderte la vida eterna, la salvación del alma, venderte aire espiritual.
Cuando estás en el paro, por mucho que reces de rodilla a ante una estampa de la Virgen o a San José que no sera su esposo sino su amigo, porque su esposo esa Dios, este trabajo no va a venir, si tienes problemas con tu pareja Dios no le va a cambiar. Los problemas no se solucionan rezando, se solucionan actuando. Lo que hay que hacer es preparar a la gente en las escuelas desde niños haci auna sociedad real, científica, culta, y dejarse ya, ya esta a bien de tanto engaño y de meterles a la gente el miedo en el cuerpo.
La Iglesia Católica y sus dogmas y catecismo están contra todo progreso humano, contra todo lo que sea mejorar la vida, la Historia está llena de casos criminales religiosos y de Inquisición qué me dices. Guerras y más guerras en nombre de Dios. Los curas y sus misas, y sus enseñanzas quieren que nuestra mente se mantenga en la Edad Media, que llenen los cepillos y ellos a construir más iglesias, más templos recaudatorios. Su misión es la de cegar la mente de los hombre en un falso Dios, ingerir en los gobiernos para que se de religión, religión o historias para cegarte.
Cuántos curas, obispos o cardenales son médico, o científicos, o biólogos, o matemáticos. No, ellos son banqueros y vendedores de aire, eso sí de un aire espiritual.
Estos predicadores sí que se lo han montado bien, vivir años y años sin dar golpe, solo con la palabra de Dios en la boca. Deja ya de oír a estos "meabiblias" radiofónicos en la radio que solo van a confundirte más de lo que estás. Dios no te va a castiugar porque Dios es un invento humano. No asocies los desastres naturales con la vengativa mano de Dios ni con los accidentes de tráfico u enfermedades. Los mejores consejos son los que salen de la propia experiencia, de los expertos profesionales y de la confianza en uno mismo.