El ojo por ojo y el diente por diente

No es legal tomarse la justicia por su mano, hasta que la mano no es controlada por la mente del derecho. Además esta posible ilegalidad, tienen una excepción: la legítima defensa, la obcecación o haber tomado drogas o no estar en sus cabales. A veces, cuando no funcionan ni las leyes ni la política, cuando no funciona nada de lo que pregonan las constituciones, el pueblo, el barrio, el individuo ha de actuar por su cuenta, y el amedrantamiento, la amenaza y la acción directa siempre funciona, aunque nadie lo aconseje la violencia contra la violencia, porque estas cosas no se pueden aconsejar a nadie. Si en un barrio, los vecinos, quiere acabar con una pandilla de chorizos, gamberros o caleborroka, se organizan en una agrupación de vecinos nocturnos, y a la corta el tumor se acaba. En algunos países la venganza inmediata es necesaria y eficaz, y sobre toto en un país como el vasco donde no hay seguridad, donde no hay justicia, donde si va a la policía autonómica a denunciar te dicen que para qué denuncias si "esto no va a ninguna parte". Ademas esta policía no detiene a ningún terrorista. Cerca de 200.000 vascos por miedo han tenido que abandonar el país vasco, esto es así para los no nacionalistas.
Lo que parece ilógico es que la víctimas del terrorismo no se hayan tomado la justicia por su mano, quizás por miedo, por inoportuno, ilegal, ahora un tal Emilio reacciona como hijo de vecino. Si las mayorías hubieran censurado, saliendo a la calle con porras, a echarlos a gorrazos, a lo mejor no se hubieran hecho fuertes, y más que fuertes, impunes y gozar de un halo de falso orgullo y heroismo. A veces, la sociedad ha de actuar por su cuenta, reaccionar, no se puede dejar todo en manos de la policía, de la justicia o de los políticos. Y lo habitual es que, allí, en el país de la lluvia y la sangre helada, tras el atentado sigan jugando al tute. A veces, es prudente y necesario romper una herriko taberna de la izquierda abertzale, como acto de protesta cuando hay un atentado a una casa del pueblo.
"El ojo por ojo y el diente por diente", es ley entre los de etnias gitanas y entre ellos funciona, de vez en cuando, cuando alguien rompe las normas, se arma lo que se arma, pero, por lo general se guardan entre ellos y se respetan. No creen en la justicia con sentencias a largo plazo.