VENERADO EN PASIÓN Y MUERTE

VENERADO EN PASIÓN Y MUERTE
Agustín Conchilla

Fervor entre multitudes de mujeres y de hombres, de niñas y niños bajo albor de velas y saetas al calor de la pasión, tras de la efigie del Cristo Crucificado, por defender la libertad y el amor de los cristianos.

Los romanos le exterminaron en calidad de INRI, los católicos se lo adjudicaron en gloria de riqueza y aportaron falsedad de santos que lo defenestraron, entre violación humana, exterminio y de vergüenza.

La defensa de templarios llegaría a los peregrinos, y ataviados de poder y riqueza serían doblegados, por la fuerza del imperio real de Felipe el Hermoso con anuencia, fallo y deslealtad del Papa Clement V.

Los textos que portara Moisés quedarían a voluntad de poderosos y sacerdocios, convictos e inhumanos.
que antepondrían el poder, al amor, de reyes y papas, contrario al contenido erudito de Dios y monte Sinaí.

En gentíos creyentes, o no, imposición de religión y tasas de usura en pecado capital, a través de intereses y diezmos que lejos de pan y amor traerían pena y dolor a las masas.

El sufrir impondría la tradición que aún sigue en exposición y se llama, se llamó y se le llamará Jesucristo el de la pasión, que habría de emocionar en visión de único santo en procesión.