Como la seda y el esparto

Colomina
03.01.2010 - La Verdad
TIRSO MARÍN


El mayor anhelo de un escritor que ha hecho sus primeras armas en la literatura es escribir una novela. Este es el caso de Antonio Colomina Riquelme, un hombre nacido en Orihuela, ciudad monumental y a la vez íntima que inspira a todo el que allí nace y la sabe admirar.
Colomina había escrito dos preciosos libros, el primero de ellos 'Orihuela, dulce pueblo' y el segundo, 'Orihuela, sus calles, sus plazas, sus gentes'. En ambas obras canta y ensalza la belleza, las costumbres, los tipos humanos del pueblo que lo vio nacer, con lo que se gana el reconocimiento de quienes le leen y se crea una fama de escritor costumbrista que sabe captar la idiosincrasia de una ciudad amada y el respeto de la crítica.
Hora y momento era de ampliar el campo y estrujar más su creatividad para alumbrar una obra de ficción, aunque con un trasfondo casi biográfico, y culminar su primera narración larga, con argumento, con trama, con paisaje, en fin esa primera novela que todo escritor desea concebir. Resultado, 'Como la seda y el esparto' una obra que lleva por subtítulo 'Memorias de un zagal de la posguerra', que ha sido editada por ECU (Editorial Club Universitario). Un volumen de 207 páginas, prologado por el también oriolano y escritor Julio Calvet Botella.
Antonio Colomina, que acaba de merecer el honor de ser nombrado Caballero de la Honorífica Orden de San Antón, reconoce que su novela no es de intriga, ni de amor, desamor o guerra, ni tampoco dramática. Pero yo añadiría que ensalza el patriotismo, al menos el patriotismo chico que lleva dentro Javier, personaje central de la trama, que viaja con el nombre de Orihuela allá donde va y no son pocos lugares donde los avatares le llevan: Madrid, El Pardo, Miami, Alicante, Monóvar� Para despedirse de su Origüelica del Señó cuando, ya viejo y viudo, se ha de recluir en un centro. Con sencillez, con un lenguaje claro y directo, Colomina cuenta la vida de este personaje y logra una novela digna de ser leída, pues desprende muchas enseñanzas.